Si el agua de los mares y océanos del mundo fuese limonada ¿acaso llovería limonada?
En este experimento, crearemos lluvia dentro de un frasco y veremos si el jugo de uva se convierte en lluvia de uva. El experimento requiere la supervisión de un adulto.
Lo que necesitas
· Un frasco
· Un recipiente pequeño, más ancho que la apertura del frasco
· Hielo
· Sirope o concentrado de sabores (granadina, fresa, mits pétel en Israel)
· Agua hirviendo
· Una cucharita
Procedimiento
Mira cómo se realiza el experimento en este video:
Un círculo sin fin
Durante el invierno, en Israel (por lo general…) llueve sobre la tierra, el mar, los lagos y los ríos. Como es bien sabido, la lluvia cae de las nubes. Pero ¿de dónde sacan el agua las nubes, para luego dejarla caer en forma de lluvia? La respuesta está en el aire: el agua que se evapora (agua en estado gaseoso). ¿De dónde se evapora el agua? El calor del sol calienta y evapora el agua del mar, los lagos, los ríos y la tierra que, como dijimos, reciben el agua de la lluvia. Así se explica el círculo sin fin o el ciclo del agua que va pasando de un lugar a otro gracias a la evaporación y la condensación. La mayor parte del agua de lluvia (un 80% aproximadamente) es agua que se ha evaporado de los océanos.
Proceso de purificación
Pero entonces, supongamos que el agua de los océanos fuese limonada o mits pétel; ¿llovería limonada? En el experimento del video, contestamos la pregunta al simular este proceso. En vez de un océano lleno de limonada, usamos un frasco lleno de agua con sirope de sabor; en vez del sol que calienta el agua y la evapora, usamos agua caliente, y en vez del aire frío que condensa el vapor de agua para convertirlo nuevamente en líquido, usamos un recipiente enfriado con hielo. Al cabo de un minuto, ¡empieza a “llover” en nuestro frasco! Como usamos un frasco pequeño, no fue exactamente un diluvio sino más bien un goteo, alrededor de una gota cada 20 segundos.
Tal como podemos ver en el video y en la imagen de la parte superior de la página, las gotas de lluvia formadas a partir del agua con sirope del frasco son transparentes, no tienen el color del sirope.
Si haces el experimento y pruebas las gotas, descubrirás que no tienen el sabor o la dulzura del sirope. Esto significa que, durante el proceso, el agua pasó por una especie de “depuración” o “purificación”, es decir, se depuró del sirope y se precipitó como agua limpia. Por lo tanto, esta es la respuesta a nuestra pregunta: si los océanos estuvieran llenos de limonada, no llovería limonada, sino lluvia normal y corriente.
Destilación
Durante el ciclo del agua, el agua cambia de estado: el agua líquida se evapora y se convierte en gas y después, al enfriarse, vuelve a transformarse en gotas (condensación). A veces, se enfría incluso más, congelándose y convirtiéndose en hielo que cae en forma de granizo o nieve, y luego volverá a convertirse en agua al producirse el deshielo.
Este proceso de evaporación de líquido a gas y de gas a líquido se llama en términos científicos “destilación”. La destilación es un proceso ampliamente utilizado en laboratorios y en la industria para separar y limpiar materiales. La depuración, purificación o separación se deben a que no todos los materiales se evaporan (o condensan) de la misma manera o a la misma temperatura.
El agua empieza a evaporarse a una temperatura de 20ºC. Por eso mismo, una camisa mojada recién sacada de la lavadora se secará sobre una cuerda y un piso mojado se secará al poco tiempo. Pero el azúcar y la sal no se evaporan a esta temperatura. Si ponemos un vaso de agua con sal al sol y esperamos que se evapore el agua, con el tiempo veremos que la sal queda al fondo del vaso. Esto significa que solamente el agua se evapora y la sal queda. El agua salada se separa en agua (que se elimina en forma de vapor) y sal. Y eso es exactamente lo que pasa en la naturaleza: el mar es salado, pero solo el agua se evapora, por eso la lluvia no es salada. Y eso es una suerte, porque, de esa manera, tenemos una fuente natural que nos abastece de agua potable independientemente de lo “sucio” o no potable que sea el origen de ese agua.
Para ser exactos, durante el proceso de destilación en laboratorio o en la industria, la fuente de calor no es el sol y no esperamos a que la evaporación se produzca natural y lentamente. Para ahorrar tiempo, calientan los materiales mediante calderas y hornos potentes hasta su “punto de ebullición”, la temperatura a la que el material hierve y burbujea (el punto de ebullición del agua es de 100ºC). Durante la evaporación, que empieza a temperaturas inferiores al punto de ebullición, el líquido se convierte en gas solamente en la capa superficial. Pero durante la ebullición, todo el volumen del material se convierte en gas y eso causa las burbujas, que es el vapor producido dentro del líquid que escapan del mismo.
Foto: el vapor de agua de la botella se enfría al pasar por el condensador y el agua destilada gotea en el vaso de la derecha. Un dispositivo simple para destilar agua. Foto: Shutterstock
Agua destilada
El agua destilada es agua que ha pasado por el proceso de destilación: evaporación seguida de condensación, y es un agua muy pura y limpia, cien por cien agua. Se puede comprar agua destilada en tiendas especiales o se puede preparar en laboratorios. El agua de lluvia es, de hecho, agua destilada. Pero en realidad, el agua de la lluvia se mezcla al caer con polvo, suciedad, rocío oceánico, gases emitidos por las fábricas y otros materiales que se disuelven en el agua, así que hay una diferencia entre el agua destilada pura y la lluvia, aunque la lluvia sigue siendo bastante parecida al agua destilada. En los lugares donde llueve mucho, como las selvas ecuatoriales, sucede que las plantas tienen dificultades para obtener los minerales que necesitan para vivir porque el agua de la lluvia no contiene ni siquiera minerales.
Si pruebas agua destilada, quizá te sepa un poco dulce, pero en este caso te está engañando tu sentido del gusto. El agua destilada no contiene azúcar. Lo que sucede es que estamos acostumbrados a beber agua que contiene minerales, que le dan un leve sabor salado; por eso, cuando probamos el agua destilada, nos parece “dulce” en comparación con el agua que nos acostumbramos a tomar de toda la vida.